
En un entorno lleno de controversias y opiniones diversas, Guido Croxatto, líder del Instituto Latinoamericano de Criminología y Desarrollo Social, y experto en Derecho constitucional, se sumerge en el debate sobre la designación de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Aval a Lijo
Croxatto sostiene que Ariel Lijo, un destacado graduado de la Universidad de Buenos Aires, posee méritos significativos para unirse a la Corte Suprema, superando al ministro saliente, Maqueda. Este último, según Croxatto, no cumple con el requisito fundamental de haber egresado de una universidad pública, una condición imprescindible para su nombramiento tanto en la Corte como en el cargo de Procurador General.
Críticas a la Justicia
El estado actual del Poder Judicial argentino no escapa a las críticas de Croxatto, quien destaca problemas endémicos como el nepotismo y la falta de transparencia en el patrimonio de los jueces, algunos de los cuales son millonarios en un país marcado por la pobreza. La creciente judicialización de la política, que pone en evidencia la ineficacia de actores políticos como el Congreso y los partidos políticos, es otro punto que resalta en sus análisis.
Comparativa entre Jueces
Croxatto enfatiza que Lijo "no es mejor ni peor que otros jueces", y advierte contra cargarlo con los problemas estructurales del sistema judicial. Además, sugiere que no se cuestionó adecuadamente la incorporación de Maqueda a la Corte, a pesar de no cumplir con el requisito de haber egresado de una universidad pública.
Necesidad de Reforma
El experto en Derecho constitucional no duda en subrayar la urgencia de una reforma profunda dentro del Poder Judicial. Según él, es esencial que los jueces cumplan con los requisitos formales y posean credenciales profesionales y académicas incontestables. Aboga por una mayor transparencia y responsabilidad, elementos vitales para restaurar la confianza en el sistema judicial.
Conclusión
En sus declaraciones, Croxatto reafirma su apoyo a la habilitación formal de Lijo para la Corte Suprema y arroja críticas contundentes sobre las condiciones actuales del Poder Judicial. Su llamado a reformas esenciales apunta a salvaguardar la integridad y transparencia del sistema judicial, aspectos indispensables para su correcto funcionamiento.