La Agencia de Naciones Unidas encargada de los refugiados palestinos, reconocida como UNRWA, se ha pronunciado firmemente contra la orden de Israel de detener sus operaciones y evacuar Jerusalén Este para el 30 de enero. UNRWA argumenta que esta imposición no solo desafía el derecho internacional, sino que también ignora diversas convenciones que Israel había acordado respetar.
Trasgresión de Normas Internacionales
UNRWA considera que ser obligada a retirarse de Jerusalén Este es equivalente a atropellar las normas y convenios internacionales, infringiendo las obligaciones que Israel debe cumplir bajo el derecho humanitario internacional.
Consecuencias Humanitarias
La salida de UNRWA dejaría desprotegidos a más de 63,000 refugiados palestinos que dependen de sus servicios esenciales en Jerusalén Este, tales como educación, atención médica y otros programas de asistencia cruciales.
Movimientos hacia la Anexión
La expulsión de UNRWA de Jerusalén Este es percibida como un paso hacia la anexión de esta área por parte de Israel, una acción considerada ilegal con significativos impactos políticos y religiosos, especialmente debido a la importancia de la mezquita de Al Aqsa en la comunidad islámica.
Reacciones de la Comunidad Internacional
Antonio Guterres, líder de la ONU, ha expresado su preocupación, enfatizando que estas acciones afectarían gravemente la capacidad de UNRWA para seguir proporcionando servicios vitales en regiones como Gaza, Cisjordania, y naturalmente, Jerusalén Este.
Complicaciones Legales y de Funcionamiento
La decisión tomada por Israel también desafía la Convención sobre los Privilegios e Inmunidades de las Naciones Unidas, que esencialmente obliga a Israel a colaborar con agencias de la ONU como UNRWA.
En suma, forzar a UNRWA a dejar Jerusalén Este se interpreta no solo como una violación del derecho internacional, sino que también conlleva serias repercusiones humanitarias y políticas, y podría fortalecer la anexión ilegal de Jerusalén por parte de Israel.